El calendario cristiano
La primera cosa que Dios santificó fue el tiempo. Si no recorremos a nuestra fe para medir el tiempo, estaremos sujetos a las fiestas nacionalistas, a celebrar los aniversarios de los próceres de la patria o a contar nuestras vidas en días especiales creados para el consumo. El calendario cristiano nos permite medir nuestras vidas a la luz de la historia de la salvación.
¿Cuáles son los ritmos del calendario cristiano?
Estación de adviento
Primer domingo de Adviento
Segundo domingo de Adviento
Tercer domingo de Adviento
Cuarto domingo de Adviento
Estación de navidad
La Natividad de Nuestro Señor Jesucristo: Día de Navidad, 25 de diciembre
Primero domingo después del Día de Navidad
El Santo Nombre de Nuestro Señor Jesucristo, 1 de enero
Segundo domingo después del Día de Navidad
Estación de epifanía
La Epifanía, o Manifestación de Cristo a los gentiles, 6 de enero
Primero domingo después de la Epifanía: El bautismo de nuestro Señor Jesucristo
Segundo domingo hasta el octavo domingo después de la Epifanía inclusive
Último domingo después de la Epifanía
Estación de cuaresma
Primer día de Cuaresma, o Miércoles de ceniza
Primer domingo en Cuaresma
Segundo domingo en Cuaresma
Tercer domingo en Cuaresma
Cuarto domingo en Cuaresma
Quinto domingo en Cuaresma
Semana Santa
Domingo de pasión: Domingo de ramos
Lunes santo
Martes santo
Miércoles santo
Jueves santo
Viernes santo
Sábado santo
Estación de pascua
Vigilia pascual
Domingo de resurrección, o Día de Pascua
Lunes de Pascua
Martes de Pascua
Miércoles de Pascua
Jueves de Pascua
Viernes de Pascua
Sábado de Pascua
Segundo domingo de Pascua
Tercer domingo de Pascua
Cuarto domingo de Pascua
Quinto domingo de Pascua
Sexto domingo de Pascua
Día de la Ascensión
Séptimo domingo de Pascua: Domingo después del Día de la Ascensión
Día de Pentecostés
Estación después de Pentecostés
Primero domingo después de Pentecostés: Domingo de Trinidad
Segundo domingo después de Pentecostés hasta el vigésimo séptimo domingo después de Pentecostés inclusive
Último domingo después de Pentecostés
Fuente: El Libro de Oración Común de la Iglesia Episcopal