La celebración de la cuaresma

Lo he perdido todo a fin de conocer a Cristo, experimentar el poder que se manifestó en 

su resurrección, participar en sus sufrimientos y llegar a ser semejante a él en su muerte. 

Así espero alcanzar la resurrección de entre los muertos. – Filipenses 3:10-11

El Cristo del Poncho y los Pueblos Latinoamericanos de Adolfo Pérez Esquivel

El Cristo del Poncho y los Pueblos Latinoamericanos de Adolfo Pérez Esquivel

¿Qué es la cuaresma? 

 

Jesús resucitó el primer día de la semana. En la tradición cristiana es también común decir que Jesús resucitó el octavo día, o sea, el primer día de la nueva creación. Jesús, al vencer el mal y la muerte, inaugura un nuevo tiempo, una nueva era en que Él es Rey del mundo. 

 

El tiempo de cuaresma, los 40 días antes de la Pascua, nos prepara para ir juntos con Jesús a la cruz y luego para experimentar el poder de su resurrección. En la Biblia, el tiempo de 40 días representa un tiempo de prueba y también de encuentro con Dios. 

 

Estos 40 días antes de la Pascua nos sirven para arrepentirnos, para decir que lamentamos haber trabajado y esforzado para construir nuestros propios reinos pudiendo haber participado del Reino de Dios. También nos sirven para contemplar la cruz, el amor y la entrega de Jesús por todos nosotros. Y por último, una vez ubicados al pie de la cruz de Jesús, este tiempo nos sirve para buscar vivir plenamente la vida nueva que Dios nos entrega a través de la resurrección. 

 

            Cuaresma – 26 de febrero – 9 de abril 

            Miércoles de cenizas – 26 de febrero   

            Semana Santa – 5-11 de abril 

            Pascua – 12 de abril 

 

Disciplinas espirituales 

 

Lecturas: para tomar en serio este tiempo de reflexión y arrepentimiento, se recomienda apartar un tiempo para la lectura bíblica todos los días. Durante esos días, se puede reflexionar en un solo evangelio o en varios. 

 

Lecturas sugeridas para Semana Santa 

 

            La pasión de Cristo según Mateo – capítulos 26-28

 

            La pasión de Cristo según Marcos – capítulos 14-16 

 

            La pasión de Cristo según Lucas – capítulos 22-24 

 

            La pasión de Cristo según Juan – capítulos 13-21 

 

 

El Padrenuestro: Orar la oración que Jesús nos enseñó es una excelente manera de alinear nuestros corazones con el corazón de Dios. 

 

Padre nuestro que estás en el cielo,
santificado sea tu nombre,
venga tu reino,
hágase tu voluntad
    en la tierra como en el cielo.
Danos hoy nuestro pan cotidiano.
Perdónanos nuestras deudas,
    como también nosotros hemos perdonado a nuestros deudores.
Y no nos dejes caer en tentación,
sino líbranos del maligno.
                                                                   

– Mateo 6:9-13 NVI 

 

 

La oración de Jesús: El cristianismo oriental nos enseña una oración que nos ayuda a poner nuestra mirada en Jesús y reconocerle como fuente de misericordia y perdón. Toma prestado frases de los siguientes pasajes: Filipenses 2:6-11; Lucas 1:31-35 y Lucas 18:9-14. 

 

            Señor Jesucristo, Hijo de Dios, ten misericordia de mí. 

 

Se puede repetir la oración las veces que sean necesarias para calmar el corazón inquieto o para contemplar sin distracciones a la persona y obra de Jesús.  

 

El ayuno: Desde tiempos antiguos, el ayuno ha sido una parte importante de las prácticas del pueblo de Dios. Sólo porque ha sido malentendido y mal practicado no quiere decir que carece de poder para moldear nuestros corazones. 

 

¿Qué es el ayuno? El ayuno es abstenerse de comer para dedicar tiempo a la oración. No es para llamar la atención de Dios ni torcer su brazo. Dios no está más sensible a nuestras súplicas porque dejamos de comer para hablar con Él. Nuestro Padre celestial está siempre atento a nuestras oraciones. El ayuno, más bien, nos sirve a nosotros para comenzar a ordenar nuestros deseos, a pensar más en Dios y en su voluntad. El hambre que sentimos nos debe recordar cuanto en realidad le necesitamos. 

 

Pautas para el ayuno:

 

·      No divulgar que estamos ayunando 

·      Dedicar el tiempo de la comida a la oración 

·      Tomar mucha agua y cuidar nuestros cuerpos

 

Pasajes para pensar en el ayuno: Mateo 6:16-18 y Isaías capítulo 58.  

 

Que estos 40 días nos sirvan para contemplar al Dios que tanto nos amó que se encarnó en Jesús para salvarnos del pecado y de nosotros mismos para que podamos vivir con Él y participar plenamente de su Reino.