Una oración para Navidad de Karl Barth
Oh Señor, nuestro Dios y nuestro Padre, concede a muchos, a todos y, por supuesto, también a nosotros, poder celebrar la Navidad caminando con reconocimiento, humildad, alegría y confianza hacia tu enviado en el que tú mismo has venido a nosotros. En el momento en que llega la hora, ven a despejar en nosotros, apartando todo lo que se ha hecho imposible, todo lo que no puede tener ya interés, todo lo que está llamado a desaparecer cuando tu amado Hijo, nuestro Señor y Salvador, haga su entrada en nosotros y nos ponga en orden.
¡Ten piedad de todos aquellos que aún no conocen o te conocen mal a ti y a tu Reino, de aquellos que quizás un día supieron todo, pero luego lo han olvidado, mal interpretado o incluso renegado! ¡Ten piedad de esta humanidad hoy tan atormentada y tan amenazada, entristecida por tanta insensatez! ¡Ilumina los pensamientos de aquellos que en oriente y en occidente detentan el poder y que, según parece, no saben dónde tienen la cabeza! ¡Concede a los hombres de gobierno, a los representantes de los pueblos, a los jueces, a los profesores y a los funcionarios, a los periodistas de nuestro país, el discernimiento y la imparcialidad que necesitan para una acción responsable! ¡Ponte tú mismo en los labios de los que en este Tiempo de Navidad deberán predicar las palabras justas, las palabras necesarias, las palabras que ayudan, y abre también los oídos y los corazones de quienes los escucharán!
¡Consuela y anima a cuantos en los hospitales sufren en el cuerpo y en el alma, a los prisioneros, a los afligidos, a los abandonados y a los desesperados! Socórrelos con lo único que puede ayudarnos a todos: con la claridad de tu Palabra y con la acción silenciosa de tu Santo Espíritu.
Te damos gracias, porque sabemos que no te suplicamos ni te suplicaremos en vano jamás. Te damos gracias, porque has hecho brotar tu luz, porque tu luz brilla en las tinieblas y porque las tinieblas nunca podrán apagarla. Te damos gracias, porque eres nuestro Dios y porque nos has concedido ser tu pueblo.
Amén.
Karl Barth, Oración