Una apología de la lectura bíblica
La lectura de cualquier texto nos ayuda a interpretar la realidad. Leer un libro o artículo nos ayuda a interactuar no sólo con otros pensamientos, sino también con otros pensadores. Leer es como dialogar con algún conocido o incluso un amigo o una amiga. En el caso de los libros, ese diálogo puede ser con autores de otra época, incluso de otra cultura o lengua.
Leemos para saber que no estamos solos en la búsqueda del sentido de la vida. Leemos para ponernos en los zapatos de los demás, para ver la vida desde diferentes puntos de vistas. Leemos para hacernos más humanos. Aquellos que no leen están sujetos a lo que les dicen los demás. Por eso, toda régimen totalitaria siempre quema y prohíbe libros. La libertad de pensamiento y el fácil acceso a los libros nos permite realizarnos como seres humanos y vivir una vida más plena en esta tierra.
Mario Vargas Llosa, premio Nobel de literatura, dice que los mejores libros que debemos leer son aquellos que nos desafían a pensar de forma diferente. Hay mucha literatura barata e inofensiva que no nos desafía a contemplar nuestro proceder en esta vida. Pero también existen los clásicos de la literatura mundial, esos libros que se mantienen en el tiempo y no pierden su vigencia a pesar de los cambios y los nuevos acontecimientos. La Biblia es uno de estos clásicos.
Sus protagonistas, sus historias y sus enseñanzas han perdurado en el tiempo y han ayudado a muchos en todo el mundo a ver la vida de una forma más humana. A pesar de la distancia cultural y geográfica entre nosotros y sus primeros lectores, la Biblia no deja de ofrecernos sabiduría para hoy.
La Biblia plantea y responde a muchas de las preguntas últimas de la vida que hace la filosofía tradicional del occidente: ¿Cuál es el sentido de la vida? ¿Cuál es el sentido de la historia? ¿Hacia dónde va la historia humana? ¿Quiénes son los seres humanos? ¿Cuál es la ética que debe guiar el accionar humano? La Biblia sigue siendo una fuente sorprendente de sabiduría para el hombre y la mujer de hoy.
Animamos a cualquier persona que tenga dudas acerca del valor de la lectura bíblica a acercarse a ella con la mente abierta esperando hallar en sus páginas sabiduría y luz. Lo que Dios revela a través de ella va mucho más allá de un mensaje de cómo mejorar su vida. La Biblia cuenta la visión de Dios para un mundo más igualitario y justo y lo que Dios ha hecho para que ese mundo sea posible.
La Biblia que leía San Agustín, Cervantes y Shakespeare todavía nos sigue hablando. Les invitamos a abrirse a la posibilidad de encontrar en sus páginas preciosas perlas de sabiduría.