Lucho para que ellos reciban ánimo en su corazón, para que permanezcan unidos en amor y enriquecidos con un perfecto entendimiento que les permita comprender el designio secreto de Dios, que es Cristo mismo; pues en él están encerradas todas las riquezas de la sabiduría y del conocimiento.
Colosenses 1:2-3 DHH
Este mes tuve el privilegio de compartir con estudiantes universitarios del noreste argentino en el encuentro regional de ABUA.
La Asociación Bíblica Universitaria Argentina es un movimiento estudiantil cristiano con el propósito de compartir un mensaje de vida plena de Jesús en las universidades y centros de estudio del país.
En las cuatro plenarias hicimos una exégesis de la carta del apóstol Pablo a los colosenses. Además de la interpretación de la carta, charlamos sobre el antiintelectualismo en las iglesias evangélicas cristianas, cómo pensar con la mente de Cristo, qué clase de estudiantes debemos ser y cuál debe ser la cosmovisión cristiana.
Las plenarias fueron una invitación a abrazar «el Cristo cósmico» que Pablo nos revela a través de un himno de la iglesia primitiva. Muchas veces hemos reducido a Jesús a una especie de amigo, amuleto o coach cuando Jesús vino no sólo para salvar individuos sino también para dar respuesta a nuestro mundo caído.
¿Creemos en el Cristo cósmico? ¿Nos incomodan las visiones reduccionistas de Jesús? ¿Cómo podemos servir al Jesús, Creador y Sustentador del universo?
Una exégesis de la carta de Pablo a los colosenses