Mujeres en el cristianismo primitivo

La mujer dejó su cántaro, volvió al pueblo y le decía a la gente:

«Vengan a ver a un hombre que me ha dicho todo lo que he hecho. ¿No será este el Cristo?»

Juan 4:28-29 NVI

 
Una mujer cristiana en una iglesia egipcia

Una mujer cristiana en una iglesia egipcia

 

Hay un gran debate hoy sobre quiénes somos como seres humanos y cuál es el papel que debemos desempeñar en la sociedad. En la actualidad, el debate sobre la mujer está en el centro de atención de nuestra sociedad. Quisiera aportar a la conversación sobre la mujer no dando mi punto de vista, sino animando a los lectores de este blog a estudiar y analizar nuestros orígenes.

Me parece refrescante, en nuestra época tan polarizada y con grupos tan cerrados a una conversación gentil y sincera, volver a la historia. Volvamos a nuestra historia compartida, a los primeros tres siglos del cristianismo. Ya que volviendo a la historia, podríamos llegar a descubrir quiénes éramos y de repente encontremos pistas de quiénes deberíamos ser hoy.

 
El martirio de Perpetua y Felicidad

El martirio de Perpetua y Felicidad

 

Antes de recomendar un par de libros para seguir indagando en el tema, me gustaría aportar unos datos interesantes acerca del papel de las mujeres en el cristianismo primitivo.

  • Los evangelios dicen que Jesús iba acompañado por sus discípulos, tanto hombres como mujeres (Marcos 15:40-41; Mateo 27:55; Lucas 8:2-3)

  • Lucas insinúa que estas mujeres patrocinaban o financiaban su ministerio

  • Las mujeres fueron los primeros testigos de la tumba vacía, de la resurrección de Jesús (Marcos 16:1-13; Mateo 28:1-10; Lucas 24:1-11; Juan 20:1-18)

  • Pablo escribe acerca de mujeres que fueron activas en el trabajo misionero de la iglesia primitiva — 9 de las 28 personas que saluda en Romanos 16 son mujeres

  • Mujeres patrocinaban a iglesias locales cuando abrían sus casas para las reuniones y tal vez ejercían cierta autoridad (Hechos 12:12; Romanos 16:3-5; 1 Corintios 16:19; Colosenses 4:15; Filemón 2)

  • Ambos Priscila (mujer) y Aquila (hombre) fueron considerados misioneros por el Apóstol Pablo (Romanos 16:3-5; Hechos 18:1-3, 18. 24-28)

  • Andrónico y Junías (ambas mujeres) son llamados apóstoles por Pablo (Romanos 16:3-5; cf. 1 Corintios 9:5)

  • Febe es llamada diakonos (diaconisa o sierva) por Pablo y prostatis (patrocinadora o sostén) de la iglesia en Cencreas (Romanos 16:1-2)

  • Se puede entender que las mujeres oraban y profetizaban con los hombres en los cultos públicos en Corinto (1 Corintios 11:5)

A pesar de que la participación de la mujer fue luego restringida en la iglesia primitiva, siguieron destacándose en dos áreas importantes en la vida de la iglesia primitiva: el martirio y el ascetismo.

Fuente: Elizabeth A. Clark, «Women» en Everett Ferguson, ed. Encyclopedia of Early Christianity. 2da ed. Nueva York: Routledge, 1999, 1.181-1.183.

 

Estudios para seguir indagando acerca de las mujeres en el cristianismo primitivo:

Cohick, Lynn H. y Amy Brown Hughes. (2017). Christian Women in the Patristic World: Their Influence, Authority, and Legacy in the Second through Fifth Centuries. Grand Rapids, MI: Baker Academic.

Küng, Hans. (2011). La mujer en el cristianismo. Madrid: Editorial Trotta.

Osiek, Carolyn, Margaret Y. MacDonald y Janet H. Tulloch. (2007). El lugar de la mujer en la iglesia primitiva. Iglesias domésticas en los albores del cristianismo. Salamanca: Ediciones Sígueme.

Piñero, Antonio. (2014). Jesús y las mujeres. Madrid: Editorial Trotta.

Stark, Rodney. (2009). «La función de la mujer en la difusión del cristianismo» en La expansión del cristianismo. Un estudio sociológico. Madrid: Editorial Trotta.

Tamez, Elsa. (2003). Las mujeres en el movimiento de Jesús, el Cristo. Quito: Departamento de Comunicaciones, Consejo Latinoamericano de Iglesias.