El concepto entero de cordura en una sociedad donde los valores han perdido su significación, también carece de significación. Un hombre puede estar “cuerdo” en el limitado sentido de que no esté incapacitado por sus emociones desordenadas para actuar de un modo frío y ordenado, conforme a las necesidades y dictados de la situación social en que se encuentre. Puede estar perfectamente “adaptado”. Bien sabe Dios que quizá semejante gente pueda estar adaptada aún en el mismo infierno.