Para ser artesanos de la paz, los cristianos deben ser capaces de pasar del miedo al otro (xenofobia) a la hospitalidad (filoxenia). No es apenas nuestro deber moral como cristianos sino el hilo por lo cual pende nuestra vocación y testimonio cristiano.
Triunfo y vergüenza del cristianismo en el poder
Adolf Eichmann, la Argentina y la cordura
El concepto entero de cordura en una sociedad donde los valores han perdido su significación, también carece de significación. Un hombre puede estar “cuerdo” en el limitado sentido de que no esté incapacitado por sus emociones desordenadas para actuar de un modo frío y ordenado, conforme a las necesidades y dictados de la situación social en que se encuentre. Puede estar perfectamente “adaptado”. Bien sabe Dios que quizá semejante gente pueda estar adaptada aún en el mismo infierno.
Jesús, místico y revolucionario
El difícil oficio de hermano
El amor al prójimo en una época de individualismo
Basilio de Cesarea y el joven rico
Una homilía de Basilio de Cesarea basada en Mateo 19:16-30, el encuentro entre Jesús y el joven rico. Vale la pena leer prédicas muy antiguas (del IV siglo) para primero conocer la rica herencia de la tradición cristiana que tenemos y luego, esforzarnos para conectarnos con nuestro pasado ahora en el presente.
La justicia y los miserables
Los cristianos como oposición política
Historia de migrantes de la Biblia
Jesús en el rostro de los pobres
¿Qué dice tu Libro acerca de mí?
Los cristianos, el estado y Santiago Maldonado
A mí, personalmente, como cristiano, me preocupa el paradero de Santiago Maldonado. También me preocupa la indiferencia de muchos cristianos que continúan como si nada hubiese pasado. Si servimos al Dios de Jesucristo que ama, cuida, sana y restaura a los pobres y marginados, que exalta a las mujeres y a los niños, que pide justicia y levanta su ira contra la injusticia, debemos evitar la indiferencia. Porque la indiferencia, a fin de cuentas, sólo colabora a los opresores.
Paz para Venezuela
Acerca de las futuras conversiones
«Estas desigualdades injustas, estas masas de miseria que claman al cielo, son un antisigno de nuestro cristianismo. Están diciendo ante Dios que creemos más en las cosas de la tierra que en la alianza de amor que hemos firmado con Él, y que por alianza con Dios todos los hombres debemos sentirnos hermanos.»