Jesús en el rostro de los pobres

En donde está el amor, allí está Dios

Jesús hablaba relativamente poco sobre el eschaton, el fin de los tiempos. En Mateo 25:31-46 habló del día de juicio, el esperado momento cuando Dios va a hacer justicia y redimir al mundo. 

Jesús cuenta que a los justos, aquellos que siguen las pisadas del Maestro, se les abrirán de par en par las puertas del reino de Dios. ¿Por qué? «Porque tuve hambre y ustedes me dieron de comer; tuve sed y ustedes me dieron de beber. Fui forastero y ustedes me recibieron en su casa. Anduve sin ropas y me vistieron. Estuve enfermo y fueron a visitarme. Estuve en la cárcel y me fueron a ver.» 

Entonces, los justos le preguntarán al Rey, «¿cuándo te vimos . . .?»

¿Cuándo te vimos . . .?

El Rey responderá: «En verdad les digo que, cuando lo hicieron con alguno de los más pequeños de estos mis hermanos, me lo hicieron a mí».

Hoy en día hay muchas alabanzas cristianas que expresan un deseo de estar en la presencia de Jesús, de tocarlo y de tener algún encuentro significativo con Él. ¿Será que este tipo de encuentro sólo puede darse en la euforia de un culto de adoración? 

Jesús nos enseña que si queremos encontrarnos con Él, si queremos verlo, si queremos hacerle algún bien (bendecir), podemos hacerlo con lo más pequeños de sus hermanos. 

¿Qué tal si además de buscar la compañía de Jesús en la adoración, buscáramos a Jesús en la calle en los más pequeños de sus hermanos y hermanas? 

¿Qué tal si Jesús nos visitara todos los días en las calles de nuestras ciudades, lo reconoceríamos? 

Lev Tolstói, autor ruso

Lev Tolstói, autor ruso

Hay un hermoso relato de Lev Tolstói que nos desafía a vivir el evangelio de Jesús en la cotidianidad. Su relato, «En donde está el amor, allí está Dios» representa un llamado para recordar que no todo encuentro con Jesús es individualista, místico y de alguna manera divorciada de lo terrenal y lo cotidiano. 

«En donde está el amor, allí está Dios»

El relato de Tolstói se encuentra en las páginas 26-45 del PDF. 

Les invito a leer el relato y luego compartir sus reflexiones acá en los comentarios. 

 

Fuente original de los relatos de Tolstói.