Por tanto, como sabemos lo que es temer al Señor, tratamos de persuadir a todos, aunque para Dios es evidente lo que somos, y espero que también lo sea para la conciencia de ustedes. No buscamos el recomendarnos otra vez a ustedes, sino que les damos una oportunidad de sentirse orgullosos de nosotros, para que tengan con qué responder a los que se dejan llevar por las apariencias y no por lo que hay dentro del corazón. Si estamos locos, es por Dios; y si estamos cuerdos, es por ustedes. El amor de Cristo nos obliga, porque estamos convencidos de que uno murió por todos, y por consiguiente todos murieron. Y él murió por todos, para que los que viven ya no vivan para sí, sino para el que murió por ellos y fue resucitado.
Así que de ahora en adelante no consideramos a nadie según criterios meramente humanos. Aunque antes conocimos a Cristo de esta manera, ya no lo conocemos así. Por lo tanto, si alguno está en Cristo, es una nueva creación. ¡Lo viejo ha pasado, ha llegado ya lo nuevo! Todo esto proviene de Dios, quien por medio de Cristo nos reconcilió consigo mismo y nos dio el ministerio de la reconciliación: esto es, que en Cristo, Dios estaba reconciliando al mundo consigo mismo, no tomándole en cuenta sus pecados y encargándonos a nosotros el mensaje de la reconciliación. Así que somos embajadores de Cristo, como si Dios los exhortara a ustedes por medio de nosotros: «En nombre de Cristo les rogamos que se reconcilien con Dios.» Al que no cometió pecado alguno, por nosotros Dios lo trató como pecador, para que en él recibiéramos la justicia de Dios.
2 Corintios 5:11-21 NVI
Somos embajadores de Cristo, sus representantes en la tierra. Somos los pies y las manos de Jesús. Debemos ir dónde él iría, hacer lo que él haría y decir lo que él diría.
Hace un tiempo, un gran amigo me regaló el libro, Evangelizadores porfiados por Leonardo Biolatto. Al final de su libro, nos cuenta algunas características de aquellos embajadores que quiere Cristo.
Los evangelizadores porfiados:
Creen que Dios es esperanza, es posibilidad, es oportunidad
Creen que Dios es gracia
No creen que Dios quiera el mal de nadie ni que lo provoque
Creen que Dios no desea la violencia que mata
No creen en un Jesús maltratado por su Padre ni asesinado por deseo de Dios
Creen que Jesús es modelo de ser humano, y no un filósofo desencarnado o un sabio itinerante con una moral interesante
Creen que el Hijo de Dios se embarró los pies
Creen que Jesús de Nazaret es una respuesta amplia y plena para el ser humano
Creen que la resurrección afecta todo el universo
Creen que el Espíritu se mueve constantemente
Creen que el Reino de Dios es paradójico
Creen que las cosas cambian desde abajo
Creen que la evangelización tiene que revertir el estado injusto de las cosas
Creen que los pequeños son los protagonistas
Creen que deben criticar los sistemas
Creen que los banquetes son abiertos y para todos, y que en la comida compartida se hace presente el Reino
Creen que la evangelización es un servicio y, por ningún concepto, es una colonización
Creen que el servicio es el único camino de la evangelización
Creen que la vida es para vivirla en plenitud, y esa plenitud tiene que ver con la dignidad de otro
Creen que para liberar a los otros oprimidos hay que derramar la sangre propia
Creen que el otro es sujeto, no un objeto; un interlocutor, no un destinatario
Creen que dejarlo todo tiene sentido, aunque vivamos en una cultura de acumular por acumular
Creen que la religión que excluye es falsa
Creen que las verdaderas ofrendas y limosnas son las que dignifican al otro
Creen que no se necesitan dinero para anunciar la Buena Noticia
No creen que evangelizar consista en hacer proselitismo
Creen que la evangelización es un compromiso de los discípulos y de Dios para con la humanidad
No creen que la fe sea privada
No creen que el miedo tenga que reinar en las vidas
Creen en la comunicación, en el diálogo abierto, sincero, honesto
Creen que el lenguaje universal es el amor
Creen que el martirio es una posibilidad
Creen que deben tomar la posición de los últimos
Creen que tienen poder, pero no poder opresor, sino liberador
Creen que amar a Dios y amar al prójimo son dos aristas de un mismo amor
Creen que, si la vida no se da por los otros, se hace miserable
No creen que su acción necesite un reconocimiento
Creen en las utopías
El evangelismo (hablar sobre Jesús e invitar a las personas a seguir a Jesús) es atrevido. Es decir, algo pasó (Jesús vivió, murió, fue sepultado y resucitó de entre los muertos), debemos responder a lo que pasó (arrepentirnos y bautizarnos) porque algo más habrá de pasar (Jesús viene por segunda vez).
¿Tenés vos una convicción tan profunda de que Dios se ha hecho Rey del universo a través de Jesucristo que podrías ser considerado/a un/a evangelista porfiado/a?
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Leonardo Biolatto. (2013). Evangelizadores porfiados. Buenos Aires: San Pablo.