El verdadero evangelio, la tarea principal de los creyentes, es alentar a las personas para que no sufran por motivos equivocados. Es alentarnos entre nosotros, para no sufrir por causa de falsas ideas en las que hemos basado nuestras vidas. Ideas que hacen referencia a que no debería existir el sufrimiento, la confusión y la duda.
Los dones y el servicio
Si ya pudimos distinguir que los dones que Dios otorga, son un regalo de Él y que deberían ponerse al servicio de su Reino, llegamos a la conclusión de que deberían ser un factor de unidad dentro del cuerpo y no uno que marque sustanciales diferencias. La Iglesia que no puede tener una participación solidaria entre sus miembros, no es una Iglesia que glorifica a Dios.