El valor del ayuno consiste no sólo en evitar ciertas comidas, pero en renunciar a todas las actitudes, pensamientos y deseos pecaminosos. Quien limita el ayuno simplemente a la comida, está minimizando el gran valor que el ayuno posee. ¡Si tú ayunas, que lo prueben tus obras!
El verdadero ayuno
Arrepentimiento no equivale a autocompasión o remordimiento, sino a conversión, a volver a centrar nuestra vida en la Trinidad. No significa mirar atrás disgustado, sino hacia adelante esperanzado. Ni es mirar hacia abajo a nuestros fallos, sino a lo alto, al amor de Dios. Significa mirar no aquello que no hemos logrado ser, sino a lo que con la gracia divina podemos llegar a ser. . . .
Caminando con Jesús hasta la cruz
La Cuaresma es una oportunidad para entrar en esa historia y de alguna manera mística, ensayar la historia de la salvación. Es una oportunidad para reconocer nuestra finitud y nuestra pecaminosidad. La práctica de la Cuaresma es sombría, pero en realidad, subyace en la experiencia de la Cuaresma una expectativa prometedora. Somos como prisioneros que están a punto de salir de la cárcel. Somos como enfermos hospitalizados esperando su pronta salida para casa.