La tristeza de Navidad

La tristeza de Navidad

Es costumbre hacer regalos en navidad. Muchos regalos. Toneladas de papel pintado, kilómetros de hilo y de lazos dorados, tarjetones enormes que sirven de felicitación. Queremos así saldar nuestras dudas de gratitud con aquellas personas a quienes algún favor. Pero esto es muy fácil, demasiado cómodo. A un cristiano se le exige mucho más. Tiene la obligación, no de hacer regalos, sino de convertirse él en regalo, de convertirse en don. Hacer de su vida una entrega sin reservas. Para todos. Porque todos los hombres son sus acreedores. Porque el cristiano ha de sentirse deudor para con todos sus semejantes. 

Libros amigos en la librería del barrio

Libros amigos en la librería del barrio

Lo sagrado, lo divino y lo trascendente nunca están muy lejos en muchas grandes obras de la literatura universal. No hay que ir a las «librerías cristianas» para descubrir libros que te iluminan, te consuelan o te desafían a vivir la realidad del reino de Dios en el presente.

¿Qué dice tu Libro acerca de mí?

¿Qué dice tu Libro acerca de mí?

Según René Padilla, «cada generación de cristianos tiene la magna tarea de proclamar el evangelio dentro de su propio contexto socioeconómico, político y cultural». ¿Estamos conscientes de nuestros contextos? ¿Sabemos construir puentes entre el mundo bíblico y nuestro mundo actual? 

Los cristianos, el estado y Santiago Maldonado

Los cristianos, el estado y Santiago Maldonado

A mí, personalmente, como cristiano, me preocupa el paradero de Santiago Maldonado. También me preocupa la indiferencia de muchos cristianos que continúan como si nada hubiese pasado. Si servimos al Dios de Jesucristo que ama, cuida, sana y restaura a los pobres y marginados, que exalta a las mujeres y a los niños, que pide justicia y levanta su ira contra la injusticia, debemos evitar la indiferencia. Porque la indiferencia, a fin de cuentas, sólo colabora a los opresores. 

Paz para Venezuela

Paz para Venezuela

Cuando los cristianos no denunciamos los males de nuestra sociedad, nos volvemos cómplices silenciosos del mal. Nuestra denuncia de la opresión y la injusticia debe estar acompañada siempre por una práctica libertadora de justicia y de paz.